miércoles, 19 de septiembre de 2012

La idiosincrasia del paraguayo: el idioma guaraní

Por más represiones (físicas y psíquicas) que sufrió el Guarani hablante, éste sigue siendo mayoría en el Paraguay, y por consiguiente, un elemento vital para el análisis de la idiosincrasia pasa por el reconocimiento de ese hecho: en el paraguayo hay más de Guarani que de Castellano.

El Idioma Guarani es el idioma de la mayoría. Los resultados del Censo Nacional de 1992, evidenciaron que el 37% de la población entonces de casi cuatro millones y medio de habitantes, era monolingüe Guarani, el 50% bilingüe (Guarani-Castellano), el 7% monolingüe Castellano, y el 6% restante hablante de otras lenguas. También la Encuesta Integrada de Hogares 1997/1998, respecto del idioma hablado la mayor parte del tiempo en el hogar por los jóvenes entre 15 y 29 años de edad reveló un 50,4% de Guarani-hablantes, un 27,8% de bilingües (Guarani-Castellano), un 19,3% de hispanohablantes, y un 2,5% restante hablante de otras lenguas.
El Guarani está en los discursos de los políticos; es más, si alguno de ellos no lo habla, está condenado al fracaso. Asimismo, el Guarani está en las marchas y manifestaciones de los sindicatos y gremios de trabajadores y campesinos, reivindicando sus derechos y dignidades. Asimismo, es el vínculo común entre pacientes y profesionales de la salud, pues un médico o paramédico que no conoce las variadas plantas medicinales y sus usos, o no conoce las patologías como el kambyryrujere, ohéo, py’aruru, etc. no podrá ejercer con éxito la profesión. El Guarani es también el más fuerte factor de comunicación agropecuaria, que es el sector mayoritario de nuestro país. Es imposible hablar en el campo, brindando orientaciones en castellano. Desde las antiguas prácticas de siembra y cosecha hasta el uso de la tecnología. Todo se entiende, pero únicamente en Guarani. 


Asimismo, el Guarani manifiesta su vida a través de las fiestas populares y patronales. Ya en el San Juan ára (tata ári jehasa, kambuchi jejoka, yvyrasÿi), o en la Semana Santa (en el purahéi asy de los estacioneros, en el pindokarai, tupãitũ, tupãsy ñuguatĩ, chipa). El Guarani sigue vivo en cada palabra y en cada proceso desarrollado por los artesanos del país (karanda’y, poivi, ao po’i, ñanduti). Asimismo, la artesanía culinaria del Paraguay se caracteriza por su variada nomenclatura Guarani.
El avañe’ẽ está en la misa y en los sermones de la iglesia, de esa misma iglesia que hacia el año 1500 se dio cuenta que solo podría evangelizar en Guarani. Del mismo modo, el Guarani está en los medios masivos de comunicación (radioemisoras, diarios y teledifusoras); lo mismo que, en la promoción publicitaria, inclusive de grandes marcas internacionales que encuentran en él un interesante medio para obtener más y mejores ingresos. Hoy también el Guarani está en las Universidades del Paraguay e igualmente es muy utilizado por los deportistas y por artistas y personalidades internacionales.
Y aunque parezca una ironía, el Guarani está inmerso en la sintaxis del “castellano paraguayo”. Es imposible encontrar un paraguayo que alguna vez no dijo “venína”, “habláleke”, “quepiko querehína vo”, “le pegó debaldeite”, “de gua’u nomáko te dije”, “yo niko no sabía lóo”. Hemos incorporado a nuestro Castellano el un poco, que no es más que la traducción del sufijo Guarani mi (ejumi = vení un poco) o la expresión si que, que es la traducción del sufijo Guarani katu (oúkatu = vino si que).


Fuente: ATENEO DE LENGUA Y CULTURA GUARANI