domingo, 22 de mayo de 2011

Al confesionario..


Un hombre mayor, italiano, que vivía en las afueras de Nápoles, fue a la iglesia local a confesarse.
Cuando el sacerdote abrió el tablero del confesionario, el hombre dijo:
- Padre... Durante la Segunda Guerra Mundial, una mujer bonita golpeó a mi puerta y me pidió que la escondiera del enemigo, así que yo la escondí en mi altillo.
- ¡Esa fue una cosa maravillosa que has hecho, hijo -contestó el sacerdote- No tienes la necesidad de confesar eso.
- No Padre, es que ella empezó a agradecerme con favores sexuales.
- Estando en gran peligro y bajo esas circunstancias, dos personas pueden ser muy tentadas a actuar así, pero si lo sientes verdaderamente, estás perdonado de hecho.
- Gracias, Padre. Esa es una gran carga que le saca a mi alma. Pero tengo una duda más.
- ¿Y cuál es, hijo?
- ¿Cree Ud. que le debería haber dicho que la guerra había terminado?

Una mujer en el confesionario:
- Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor hasta el atardecer.
- Pues en penitencia, rezas tres padrenuestros y dejas 20 dólares de limosna.
Más tarde otra mujer:
- Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor hasta el amanecer.
- Pues en penitencia, rezas 10 padrenuestros, y echas 30 dólares de limosna.
Más tarde otra nueva mujer:
- Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor todo el día.
- ¡Pero esto no puede ser!, rezas 20 padrenuestros y echas 50 dólares de limosna.
Más tarde:
- Padre...
- Sí, tu también has conocido a Gregorio y habías estado haciendo el amor...
- No, padre. Yo soy Gregorio... O vamos a medias en la limosna, o me llevo a todas las mujeres a otra parroquia.

Una mujer hermosa entra en el confesionario y dice:
Padre, confieso que estoy enamorada de usted, ya se que usted es cura y que esta mal lo que siento.
Padre, usted cree que me salvare?
Te vas a salvar hija, pero porque tengo una boda dentro de cinco minutos, que si no, no te salva ni Dios!

Entra una bella dama al confesionario:
Padre, me acuso de haberme acostado con el cura de la iglesia que hay enfrente...
Esta bien, hija, reza un par de padrenuestros... pero la próxima vez,
recuerda que esta es tu parroquia!

Un grupo de monjitas va pasando por delante de San Pedro para entrar al cielo.
Entonces éste le pregunta a la primera, "Hermana Verónica, ¿Ha tocado usted un miembro masculino alguna vez?".
Ella le contesta que sí, pero que sólo lo tocó con un dedito.
"Pues hermana, lávese el dedo aquí en el agua bendita, y luego entra".
A la segunda monja le hace la misma pregunta, y ella le responde que sí pero sólo con la mano.
"Entonces...Hermana Yaritza, lava la mano en el agua bendita, y entra."
De pronto llega corriendo y empujando la hermana Yotsabé y se coloca al frente de la fila.
"¿Por qué tanto apuro, hija mía?", le pregunta San Pedro.
Y la hermana responde: "Porque si tengo que hacer gárgaras con esa agua
bendita, quiero hacerlo antes de que la hermana Sonia se lave el culo".